Cada año, una vez abierta la temporada, pescadores de todas las latitudes llegan a los ríos Petrohue y Puelo atraídos por el deseo incontenible de capturar un salmón Chinook, probablemente como consecuencia de su gran tamaño y ferocidad en la lucha. No obstante lo anterior, resalto que en esos mismos ríos existen otros gigantes de igual o mayor ferocidad que los Chinooks.
A lo dicho se suma que estos otros gigantes tienen una figura estilizada y colores vivos, que a primera vista guardan similitud con las marrones. Así es como los machos presentan un lomo plateado con puntos negros, ribetes rojos en el dorso y en el vientre una tonalidad salmón o amarilla. Para quien todavía no sepa de qué especie estoy escribiendo aquí va la respuesta: Salmón Atlántico o Salar.
Para ratificar lo dicho hasta acá debo decir que en la presente temporada he pescado salares que fluctúan entre los 4 y 15 kilos, con más de un metro de largo en algunos casos, todos los cuales han dado una ardua lucha antes de rendirse y, en tal sentido, no tienen nada que envidiarle a los Chinooks. Lo cual sostengo con conocimiento de causa, pues también he sacado de estos últimos.
En cuanto a la forma de pescarlos, en general, recomiendo alguna corredera que se forme en el río o bien aprovechar algún arroyo que desemboque en este trayendo alimento, especialmente en lugares de cierta profundidad. Respecto a las moscas dan buen resultado streamers con bastante colorido y flash, lo mismo ninfas con cobre del tipo J. Cooper. Sobre la caña una número 6 resulta apropiada dado que mantiene un equilibrio entre sensibilidad y resistencia para poder trabajar a estos otros gigantes.
Otra ventaja para el mosquero es que el Salar, a diferencia del Chinook, tiene una buena respuesta a las moscas, de modo que no es una tarea imposible poder capturarlos.
Espero haber motivado a un mosquero y con ello me despido.
Patricio Rondini.- rondini@surnet.cl
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