Inicio
Editorial
Reportajes y Artículos
Moscas
Entomología
Fotografía de Pesca
Enlaces
Contacto

Pescando en el Río Puelo
Estando de visita en la casa de mis suegros en Osorno, Ricardo (mi marido) y Juan Carlos ,dueño del lodge de pesca “Refugio Esperanza”, me invitaron a acompañarlos a pescar al lago Puelo. Fue la excusa perfecta para desconectarme de la agotadora rutina de Santiago, el trabajo, la casa y los niños. Necesitaba relajarme aunque fuera por un par de día así es que acepté.








Yo no me caracterizo por ser muy “out-doors” que digamos. Ricardo me enseñó a pescar cuando pololeábamos, con la secreta esperanza –me imagino- de que me convertiría en su compañera de pesca habitual. La verdad es que salí contadas veces a pescar, (antes de que creciera la familia) al Lago Colbún, la Laguna del Maule, el Lago Puyehue, el Lago Rupanco y la Laguna El Toro. Considerando lo anterior y sumado que estaba en el cuarto mes de embarazo de mi tercer hijo, no me hice muchas expectativas y decidí llevar un buen libro, por si acaso y… partimos!! .

Los tres salimos muy temprano en la mañana y tomamos el camino a Ensenada. Tuvimos suerte porque nos tocó un día despejado y pudimos ver el volcán Osorno en todo su esplendor prácticamente durante todo el camino. Seguimos luego hacia Ralún, cruzamos el río Petrohué, continuamos bordeando la rivera oriente del Estuario del Reloncavì para cruzar por el pequeño pueblo de Cochamó hasta encontrarnos con el Río Puelo. Desde allí nos internamos hacia la cordillera hasta llegar al Lago Tagua-Tagua. Nos demoramos como dos horas y media aproximadamente en todo el trayecto. Llegamos al sector llamado “Las Hualas” en donde nos esperaba un bote Zodiac para cruzar el Lago Victoria. Finalmente llegamos a nuestro destino, el “Refugio Esperanza”.



El refugio es una linda cabaña de madera muy acogedora, ubicada en la rivera norte del Lago Victoria, rodeada de bosques de arrayanes, coihues, lumas, ulmos, olivillos y otras variedades nativas que ya no recuerdo. En su interior está decorada rústicamente con muebles hechos a mano con maderas de la zona, pero lo mejor de todo es la vista, uno queda sin aliento, es espectacular. Luego de un almuerzo rápido nos apuramos para subir al bote y no perder tiempo. Partimos con cañas de pescar, salvavidas y ropa de agua. Nos dirigimos hacia el Río Puelo, cruzando la correntada del Barraco y el Lago Tagua-Tagua.

El cruce de la correntada fue emocionante, tuvimos que tomar un poco de velocidad para capear la zona de oleaje (dicen que así se siente menos), el agua nos salpicaba la cara mientras subíamos y bajábamos al ritmo de las olas. Bien afirmada pude admirar el bello paisaje de las riveras. Luego de todo ese movimiento llegamos a la calma de una laguna y los pescadores probaron suerte, (yo miraba). Después de un rato de probar con distintas moscas sin ningún resultado, me prestaron una de las cañas para que pudiera hacer algunos lanzamientos. Bueno en eso estaba cuando de repente, ¡Oh Sorpresa!……., sentí un tirón, comencé a recoger la línea y apareció una hermosa trucha Fario aproximadamente de un kilo. Orgullosa miré a mis acompañantes que me felicitaban un poco envidiosos. - “Suerte de principiantes”¬¬- dijimos todos. Me tomé la foto de rigor, Juan Carlos le sacó la mosca y la devolvió al agua. Me explicaron que en ese sector es común encontrar truchas fario, arcoiris y percatruchas de considerable tamaño. Seguimos recorriendo la laguna y me picó una percatrucha de casi 2 kilos según los entendidos.



La tarde avanzaba y nos empezamos a devolver pescando por el Rió Puelo hasta llegar al Lago Tagua-Tagua donde nos encontramos con un fuerte viento y gran oleaje decidimos hacer “trolling” colocando “streamers” pesados, y líneas de hundimiento. Ahora íbamos los tres cada uno con su caña y me volvió a picar otra, esta vez se trataba de una trucha fario un poco más grande. Con el fin de capear las olas y protegernos del viento nos fuimos bordeando el Lago Tagua-Tagua por la rivera izquierda A. mi marido le picó algo grande pero…. se le soltó. Yo iba bien calladita y de repente picó una trucha arcoiris esta vez me costó trabajo sacarla porque era más grande, como de tres kilos y el bote se movía mucho. Después saqué un salmón salar y luego otro. A estas alturas ya llevaba 6 harto más que mis compañeros, ya que en el trolling no sacaron nada.

Empezó a oscurecer y el viento apareció con más fuerza así es que decidimos regresar, pasamos por el lado de una hermosa cascada. En el regreso nos tocó más agua y hacía bastante frío, estaba chispeando. Llegamos a nuestro refugio justo antes de que se largara a llover, ahí nos pudimos secar y disfrutar de un rico aperitivo y la preparación de un cocimiento típico de la zona en base a pollo, vacuno, longaniza y mariscos acompañado de un delicioso vino blanco (yo, obviamente, lo probé no más) mmm…. el aroma era ideal. Ah, y todo alrededor del calor de una antigua salamandra. Estuvimos conversando hasta tarde y ya rendida me fui a acostar. Ha sido una de las mejores noches que he tenido, dormí como un bebé. Al día siguiente partíamos a las 4 de la tarde de regreso a Osorno.

Muy temprano después del desayuno mis “compañeros de aventura” decidieron ir hacia el sector de el Salto ya que querían intentar suerte con los salmones chinook que ya habían comenzado a remontar por el Río Puelo hacia sus lugares de desove, como estaba chispeando y luego de las emociones del día anterior decidí que, en vista de mi estado, sería prudente hacer algo más tranquilo como quedarme en la cabaña a leer. Me senté frente al ventanal al lado de la salamandra calentita y abrí mi libro. De fondo se escuchaba el sonido del motor del bote mientras se alejaba, de pronto no se escuchó nada…….todo quedó en silencio solo el sonido de los pájaros y las gotas de lluvia……. había una tranquilidad tan grande que me impedía leer, la vista era tan increíble justo al frente se veía el lago y un imponente pedazo de cerro con una vegetación exuberante. En ese minuto me sentí sobrecogida, tan pequeña como una hormiga era la poderosa presencia de la naturaleza que se apropiaba de todo. Así estuve contemplando en silencio no se cuanto rato solo sé que me llenó de energía y cargué pilas para lo quedaba de año. Ahora cuando estoy muy angustiada o estresada con todo lo que conlleva la ciudad y las responsabilidades de la vida, cierro mis ojos y veo claramente ese lugar, esa vista y me relajo inmediatamente. Fue un día y medio el que estuve pero lo pasé tan bien que lo recomiendo a todos, hay que vivirlo y disfrutarlo porque cada vez son menos lugares en donde se respira esa tranquilidad y se puede estar en contacto con la naturaleza de un modo tan simple y agradable. Espero volver pronto y esta vez llevaré a los niños porque sé que lo van a disfrutar igual o más que yo.

Refugio Esperanza, ofrece pesca de : Truchas Arcoiris, Fario, Salmon Chinook, Salmon Coho.
 Tarifas de Inicio de Temporada desde los $ 100.000, pesos Chilenos con excelente servicio de comidas, buenos guías de pesca con mosca para la temporada 2007-2008. Además excelente mesa, asados y comodas habitaciones para el descanso del Pescador.
No dude en consultar, por programas y fechas de pesca a:
Juan Carlos Jepple : jepple@refugioesperanza.cl

O llamando al telefono movil: 9- 641 36 46
www.RefugioEsperanza.cl